
El colapso de la línea AVE Madrid-Sevilla dejó a 10.700 pasajeros varados y afectó a 30 trenes. El ministro de Transportes, Óscar Puente, calificó el robo de cable como un 'acto grave de sabotaje', pero la Guardia Civil investiga como un simple hurto. El presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, explicó que el robo de cable solo obligaba a reducir la velocidad, causando retrasos de unos 60 minutos. Un incidente posterior paralizó la circulación, dejando a pasajeros atrapados durante más de nueve horas.