
El auto de procesamiento contra el fiscal general del Estado pone en jaque a Pedro Sánchez, ya que el juez Hurtado del Tribunal Supremo sitúa el origen de la filtración en indicaciones recibidas desde Presidencia del Gobierno. Esto tiene implicaciones políticas de primer orden, ya que Sánchez instó a Álvaro García Ortiz a maniobrar para contrarrestar la versión del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid sobre un presunto delito fiscal. La respuesta de Sánchez a un periodista sobre la dependencia de la fiscalía del Gobierno es clave en este contexto.