
Pedro Sánchez intenta reabrir la crisis del 5% de gasto en Defensa para desviar el foco de los escándalos que cercan a su Gobierno, como el caso de Leire Díez. El presidente ha activado un pulso con la OTAN para convertir en maniobra política lo que hasta ahora era un simple desacuerdo presupuestario. España se planta frente al 5% de gasto militar que ya dan por hecho en la Casa Blanca y la mayoría de aliados. Margarita Robles, ministra de Defensa, afirma que cumplirán el 2% este año y asumirán sus compromisos. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, rechaza cualquier incremento en gasto militar. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, asegura que el consenso está cerca para dedicar el 5% del PIB al presupuesto en Defensa en la próxima cumbre de líderes en La Haya del 24 y 25 de junio.