
Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, se encuentra en una situación de impopularidad extrema, siendo abucheado y repudiado por la ciudadanía. No puede asistir a eventos públicos como el funeral del Papa Francisco o la final de la Copa del Rey. Se encierra en eventos cerrados y rodeado de su público, evitando el contacto con los españoles de a pie. El PSOE, su partido, avanza en una dirección que puede llevar al país al precipicio. Sánchez ha demostrado no tener líneas rojas y ha entregado soberanía a la anti-España, humillado a las instituciones y corrompido el Estado de derecho.