
La alcaldesa de Llucmajor, María Francisca Lascolas Rosselló, se niega a cerrar la macrogranja de Avícola Son Perot, a pesar de las denuncias de asociaciones animalistas y los problemas de insalubridad y malos olores que causa. La granja, que alberga 136.000 gallinas en 2.500 metros cuadrados, carece de autorización ambiental integrada y ha sido multada con 150.000 euros en 2023. La alcaldesa argumenta que no puede ir en contra de una empresa que genera puestos de trabajo en el sector primario. Los vecinos y las asociaciones animalistas han denunciado la situación y han pedido el cierre inmediato de la granja. La historia de la macrogranja se remonta a 1980, cuando se solicitó una licencia para construir una gran zahúrda. Desde entonces, la granja ha crecido sin control, a pesar de las quejas de los vecinos y las denuncias de las asociaciones animalistas.