
La operación israelí Am Kalavi busca provocar la caída del régimen iraní y desmantelar su programa nuclear, centrado en la instalación de enriquecimiento de uranio de Fordow, ubicada a medio kilómetro bajo una montaña rocosa cerca de Qom. Fordow alberga 408 kg de uranio altamente enriquecido y podría procesar 25 kg de uranio apto para armas en apenas dos o tres días, lo suficiente para fabricar hasta nueve bombas nucleares en tres semanas. La instalación es prácticamente impenetrable y ni siquiera las bombas antibúnker más potentes de Estados Unidos podrían garantizar su destrucción total. Irán también ha desarrollado un nuevo complejo subterráneo llamado Pickaxe, que cuenta con al menos cuatro entradas y mayor espacio subterráneo, lo que complica cualquier intento de clausura mediante bombardeos.