
El viaje del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a China ha sido calificado de inoportuno debido a la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China. La Unión Europea necesita una respuesta conjunta frente a los aranceles estadounidenses, pero Sánchez ha decidido desmarcarse y trazar alianzas con Pekín al margen de la UE. Este viaje ha sido visto como un error de cálculo y un desatino estratégico, ya que sacrifica la coherencia europea y atlántica por una quimera asiática. El artículo también menciona la influencia de José Luis Rodríguez Zapatero en la decisión de Sánchez.