
Estados Unidos ha comenzado a reforzar su presencia militar en Oriente Medio debido a la crisis en la región. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, ha ordenado el despliegue de capacidades adicionales para proteger a sus fuerzas y mejorar la postura defensiva. El despliegue incluye el portaviones USS Nimitz, que puede transportar hasta 5.000 personas y más de 60 aeronaves, incluyendo cazas, bombarderos ligeros y aviones de apoyo. También se han movilizado al menos 30 aviones cisterna y una flota de cazas compuesta por modelos como los F-16, F-22 y F-35. La pregunta pendiente es si se movilizará el bombardero B-2 Spirit, que es el único avión en servicio bajo control directo de Estados Unidos que está certificado para transportar y lanzar la GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, una bomba diseñada para perforar estructuras subterráneas de gran profundidad. El B-2 tiene un alcance de 9.650 km sin repostar y puede operar desde algunas ubicaciones clave, como Whiteman en Misuri, Fairford en el Reino Unido, y Diego García en el océano Índico. Solo hay 19 unidades activas del B-2, que comenzó a volar en 1989 y no es un recurso que se despliegue a la ligera.