
A pesar de que los bares están llenos, la economía española no refleja un crecimiento significativo en el día a día de los ciudadanos. En 2024, España creció un 3% en términos de PIB, pero el 44% de los españoles considera que la economía va a peor. El empleo público es el que más crece, mientras que el 41% de los autónomos han visto caer sus ingresos en 2025. La presión fiscal ha aumentado con más de 60 cambios impositivos desde 2018, reduciendo la renta disponible de ciudadanos y empresas. El 55,3% de los ciudadanos considera que la economía nacional atraviesa un momento malo o muy malo, pero solo el 23% cree que su economía doméstica es mala o muy mala. Los hogares han incrementado sus niveles de ahorro, alcanzando cifras poco habituales en España. El consumo no desaparece, sino que se adapta, priorizando experiencias de gratificación inmediata o simbólica, como el ocio.