
China ha implementado un plan de acción especial para impulsar su economía ante los aranceles de Trump, con un paquete de estímulos que podría superar los 850.000 millones de dólares. El Partido Comunista Chino dio carta de naturaleza a este plan, que busca espolear la economía a tasas del 5% y combatir la deflación. Los mercados han respondido positivamente, con el índice Nasdaq Golden Dragon China en máximos del último trienio. La producción industrial ha crecido un 3% y las ventas minoristas un 3,8%, lo que sugiere una cierta recuperación. Sin embargo, el combate contra el colapso inmobiliario y la inflación no permite cantar victoria. El gigante asiático ha empezado a emitir señales de alivio económico, con un crecimiento del PIB por debajo del 5% en décadas, pero con ciertos signos alentadores de demanda interna.