
El precio de la vivienda en Kensington y Chelsea ha caído a su nivel más bajo desde 2013, un 15,1% interanual en marzo, hasta los 1,19 millones de libras, debido a la subida de los impuestos a la propiedad, la incertidumbre sobre el Brexit y los cambios en la normativa de los residentes extranjeros. El precio medio en Reino Unido aumentó a una tasa anual del 6,4%, alcanzando un máximo histórico de 271.000 libras. Expertos como Lucian Cook y Stuart Bailey atribuyen la caída a factores como el aumento del impuesto a las segundas residencias y la subida de los tipos de interés, que han jugado en contra de un mercado que depende mucho de los flujos de riqueza internacional.