
El plan de EEUU para abaratar el petróleo, impulsado por la administración de Trump, está a punto de descarrilar lo que mejor funcionaba en su economía. La caída de los precios del crudo de Brent y WTI a niveles no vistos desde febrero de 2021 provocó una alerta en los mercados. La suspensión de aranceles a ciertos países por 90 días estabilizó los precios en torno a los 60 dólares el barril. Sin embargo, esta estrategia puede revertir décadas de avances en la reducción del déficit comercial. La revolución del esquisto convirtió a EEUU en un exportador neto de petróleo desde 2020, pero la política arancelaria y la guerra comercial han generado incertidumbre global. El analista Tamas Varga señaló que las políticas de Trump carecen de dirección coherente. La caída de los precios del crudo refleja la pérdida de confianza en la política económica estadounidense. El experto Javier Blas subrayó que los costos de perforación y producción en EEUU no son rentables por debajo de los 65 dólares por barril. Si los precios caen demasiado, la producción disminuiría, lo que obligaría a importar más petróleo y ampliaría el déficit comercial. El objetivo de Trump era reducir el déficit comercial, pero su estrategia puede tener el efecto contrario.