
La guerra comercial entre China y EE. UU. ha provocado la detención de fábricas y la suspensión de miles de trabajadores en ciudades como Shenzhen, Hangzhou y Dongguan. Las exportaciones chinas a EE. UU. han caído abruptamente debido a aranceles de hasta el 145%. Empresas como Shein y Temu enfrentan su momento más crítico, con una rentabilidad erosionada rápidamente. La directora de la Asociación de Comercio Electrónico Transfronterizo de Shenzhen, Wang Xin, afirma que 'estamos muy ansiosos' y que 'muchas empresas han detenido entregas y producción'. El futuro de estas empresas y la economía china es incierto, con un posible desacoplamiento económico entre las dos potencias.