
Deutsche Bank propone transformar parte de la infraestructura automovilística alemana en una maquinaria militar de vanguardia, debido a la decadencia de la industria automotriz y la necesidad de rearmar a Alemania. La producción de automóviles ha caído un 31% desde 2011, y se estima que menguará un 20% en la próxima década. El gasto en defensa se espera que aumente al 3,5% del PIB en 2028, lo que supone más de 170.000 millones de euros adicionales en solo tres años. Empresas como Rheinmetall y KNDS están planeando aumentar su producción y contratar a más personal. La reconversión de fábricas de coches en plantas de blindados llevará de dos a tres años, y se necesitarán reformas estructurales para superar los obstáculos.