El autor del artículo descubrió que había sido estafado al consultar sus datos fiscales de la renta, donde aparecía una apuesta en una casa de apuestas que no había realizado. La estafa consistía en suplantar la identidad del contribuyente para hacer apuestas y cargarle los impuestos a la víctima. El autor siguió los pasos para solucionarlo, que incluyeron descargar el informe de transacciones, interponer una denuncia, comunicarse con el operador de la casa de apuestas y informar a Hacienda. La Dirección General del Juego cuenta con un protocolo de actuación para contribuyentes suplantados y ofrece herramientas para evitar esta estafa en el futuro, como la inscripción en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego.