
China planea producir 50 millones de toneladas adicionales de granos para 2030, reduciendo importaciones y aumentando la autosuficiencia. La población china envejece y disminuye, lo que reduce la demanda interna de alimentos. El gobierno promueve la biotecnología y ha eliminado barreras regulatorias para cultivos genéticamente modificados. Las importaciones de soja han caído un 7% y las de maíz podrían reducirse a 10 millones de toneladas. China ha fortalecido su industria semillera y capacidad ganadera, lo que reduce la necesidad de importar. Brasil y Australia se consolidan como socios preferentes.