
Un anillo de oro y granate de más de 2300 años ha sido descubierto en la Ciudad de David, Jerusalén, por arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel y la Universidad de Tel Aviv. El anillo, datado entre finales del siglo IV y principios del III a.C., es una pieza única que arroja nueva luz sobre el nivel de sofisticación material y la vida cotidiana en la antigua Judea durante el período helenístico. El anillo se encontró en un edificio de uso residencial y se cree que pudo pertenecer a una persona de alto estatus económico o familiar. La pieza está formada por un aro delgado y ovalado de oro con una piedra de granate rojo pulido, y su elaboración requirió el acceso a metales preciosos y la disponibilidad de artesanos especializados. El descubrimiento se sitúa en una etapa histórica poco documentada en Jerusalén, el tránsito entre el dominio persa y el helenístico, y contribuye a redefinir la imagen de Jerusalén en la antigüedad.