
El Vaticano es un Estado que utiliza el espacio como vehículo de poder, con lugares emblemáticos como la Basílica de San Pedro, la Plaza de San Pedro, el Palacio Apostólico, la Capilla Sixtina, los Jardines Vaticanos y la Necrópolis Vaticana, que refuerzan la autoridad del Papa como líder religioso y figura política global. La Basílica de San Pedro es el epicentro simbólico de la legitimidad papal, mientras que la Plaza de San Pedro es un espacio ceremonial diseñado para canalizar el consenso. El Palacio Apostólico es el centro del aparato administrativo vaticano, y la Capilla Sixtina es una síntesis entre el arte renacentista y la afirmación doctrinal. Los Jardines Vaticanos son un espacio de contemplación y vigilancia, y la Necrópolis Vaticana es un lugar que articula un relato de continuidad milenaria.