
La Capilla Sixtina fue transformada en un manifiesto pictórico de la ortodoxia y el poder en el siglo XVI. Miguel Ángel pintó el techo entre 1508 y 1512, narrando episodios del Génesis y situando a Roma como centro espiritual del mundo. La escena de La entrega de las llaves a San Pedro, realizada por Perugino, resume teológicamente la autoridad papal. El Juicio Final, ejecutado por Miguel Ángel, cumple una función disciplinaria y escatológica. La Capilla Sixtina es un teatro del cónclave donde se celebra la elección del Papa.