
Justin Welsh afirma que la productividad no es el objetivo, sino el control. La industria de la optimización personal busca sistemas y herramientas para ser más productivos, pero lo que realmente se quiere es autonomía y control sobre el tiempo. La optimización tiene un límite, pero las restricciones intencionales pueden llevar a la libertad. Welsh propone dejar de entender la productividad como un fin y asumirla como un subproducto de la autonomía personal.