
El tapiz de Oseberg, hallado en una tumba de lujo en Noruega en 1904, es una de las pocas fuentes visuales que representa los famosos cascos con cuernos. El tapiz muestra una procesión de figuras humanas y animales, y en uno de los fragmentos se puede ver una figura con un casco que parece tener cuernos. Aunque no se ha encontrado ningún casco con cuernos en contextos arqueológicos vikingos, los cuernos sí tenían connotaciones simbólicas profundas en las culturas del norte de Europa. El tapiz de Oseberg es una fuente visual excepcional que nos permite entrever aspectos tanto históricos como míticos de la cultura escandinava vikinga.