
En abril de 1587, Francis Drake lideró una flota de 28 naves inglesas que atacaron Cádiz durante dos días, quemando y apresando barcos que se preparaban para diferentes destinos. Posteriormente, se dirigieron al Algarve portugués, donde tomaron el castillo de Sagres y apresaron numerosas naves cargadas con duelas y aros para la fabricación de pipas. Sin embargo, el impacto de este ataque en la preparación de la Armada Invencible fue limitado. Los ingleses destruyeron entre 1.000 y 1.500 pipas, lo que equivaldría a una carga de 420 a 615 toneladas de licores. A pesar de las afirmaciones de algunos historiadores, el ataque no fue tan decisivo como se cree. La flota inglesa preferió enfrentarse a todo lo que se movía en las costas de Andalucía y Portugal, pero no impidió la concentración de las fuerzas españolas en Lisboa. El número de pipas era una preocupación constante a nivel de Estado, ya que un galeón de guerra necesitaba 400 pipas de agua, 200 de vino y 15 de vinagre. El ataque de Drake a Cádiz fue un revulsivo para el potencial naval y la capacidad productiva hispana, pero no fue el motivo principal del retraso de la Armada.