
El cheli, un sociolecto madrileño, ha resucitado gracias a la traducción de 'El Principito' al cheli, publicada en 2022 por la editorial Desde Tuma. El autor, Álvaro de Benito, periodista y experto en lingüística, se propuso adaptar la obra con la lógica de quien sabe que no hay traducción literal posible. La versión, titulada 'El chaval principeras', es una traducción que utiliza sufijos como -ata, -era o -aca, y ha provocado reacciones divididas. El cheli, que fue bautizado por Francisco Umbral en los 80, dejó huella en la cultura madrileña y tuvo una función social evidente: marcar distancias, crear comunidad y dejar fuera a quien no fuera del barrio.