
Mercurio es el planeta más rápido del sistema solar, con un período orbital de 88 días terrestres y una velocidad de 47 kilómetros por segundo. Su radio es de 2.440 kilómetros y está situado a una media de 58 millones de kilómetros del Sol. La luz solar tarda 3,2 minutos en llegar a su superficie, generando condiciones extremas de iluminación y temperatura. Mercurio tiene una órbita elíptica, lo que significa que su distancia al Sol varía entre 47 millones de km y 70 millones de km. Su rotación es lenta, tardando 59 días terrestres en girar sobre sí mismo. Mercurio no cuenta con una atmósfera densa, sino con una exosfera delgada compuesta por oxígeno, sodio, hidrógeno, helio y potasio. Las temperaturas en Mercurio varían drásticamente, alcanzando hasta 430 °C durante el día y -180 °C por la noche. Su núcleo es gigantesco, abarcando el 85% de su radio total, y está rodeado por un manto delgado y una corteza rocosa de 400 kilómetros de grosor. Mercurio es el segundo planeta más denso del sistema solar, después de la Tierra, y se formó hace 4.500 millones de años. Su superficie refleja un pasado de impactos violentos y actividad geológica intensa, con cráteres y acantilados de más de un kilómetro de altura. Hay indicios de que Mercurio podría albergar agua congelada en sus polos, específicamente dentro de cráteres en sombra permanente.