Un equipo de la Universidad de Texas en Austin desarrolló un algoritmo que permite la transferencia de un decodificador entrenado en un individuo a otro, lo que facilita la traducción de pensamientos en texto sin necesidad de largas sesiones de entrenamiento. El proceso tradicional requería 10 horas de historias y sesiones de entrenamiento extensas, pero el nuevo enfoque solo necesita 70 minutos de exposición a historias de radio o cortometrajes sin diálogos. La IA puede descifrar el lenguaje cerebral sin depender de entrenamientos personalizados y puede realizar interpretaciones incluso cuando el entrenamiento se basa en la observación de videos sin sonido. Los investigadores también descubrieron que la IA puede entrenarse con información extraída mientras los participantes ven películas mudas, lo que sugiere que la representación semántica en el cerebro no depende exclusivamente del lenguaje hablado.