Fanny Angelina Hesse, una microbióloga olvidada, trabajó junto a su marido Walther Hesse en el laboratorio de Robert Koch en Berlín. En 1881, ella sugirió utilizar el agar como medio de cultivo, lo que permitió a la pareja investigar la contaminación microbiana en el aire. Su descubrimiento fue crucial para la investigación de la tuberculosis, pero no recibieron recompensa económica por su 'invención'.