
Por qué la inteligencia artificial no es tan inteligente como creemos
La inteligencia artificial (IA) ha alcanzado un nivel de sofisticación que nos hace olvidar que es una herramienta matemática. La IA generativa como ChatGPT o Claude no piensa, no siente, no comprende, solo calcula. Responde a preguntas realizando predicciones basadas en enormes cantidades de datos previamente recopilados, pero no implica comprensión. La IA no sabe por qué algo es gracioso o cómo duele una pérdida, simplemente reconoce patrones estadísticos. El mito de la inteligencia artificial general (AGI) es más ciencia ficción que ciencia, ya que la IA carece de cuerpo, sentidos, nervios, emociones y experiencias subjetivas. Expertos como Guillaume Thierry y David Chalmers cuestionan la posibilidad de que la IA tenga consciencia real. El riesgo de humanizar a las máquinas es que bajamos la guardia y compartimos información personal o tomamos decisiones importantes con su guía, sin entender que no tiene valores propios ni distinción entre el bien y el mal. El test de Turing ya no basta para medir la inteligencia de la IA.
...es una llamada de atención necesaria sobre los límites de la IA, pero quizás sea un poco demasiado pesimista. La idea de que la IA no es tan inteligente como creemos es interesante, pero se podría profundizar más en las posibles aplicaciones y beneficios de la IA si se utiliza de manera responsable.