
El apagón del 28 de abril se produjo en Huéneja, un pueblo granadino con 1.100 habitantes y 700 megavatios de energía solar instalados. La investigación de la Red Europea de Operadores de Sistemas de Transmisión (ENTSO-E) identificó dos episodios de oscilaciones de potencia y frecuencia en la red eléctrica continental europea, media hora antes del colapso. La Península Ibérica, conectada al continente principalmente a través de líneas con Francia, comenzó a perder sincronismo. Un cambio en la interconexión con Francia, que pasó de un sistema con control dinámico a un modo fijo de exportación de 1.000 MW, dejó al sistema español sin respaldo de potencia síncrona. La conexión interna de líneas en el sur de España realizada por REE provocó sobretensiones localizadas en zonas como Huenaja, Valdecaballeros y Don Rodrigo.