
OpenAI mantiene su control en manos de su fundación sin ánimo de lucro, transformando su brazo con fines de lucro en una corporación de beneficio público. La empresa, valorada en 300.000 millones de dólares, tiene 400 millones de usuarios semanales y busca desarrollar inteligencia artificial general (AGI) segura y beneficiosa para todos. El CEO Sam Altman asegura que esta decisión facilitará el acceso a capital sin perder de vista su objetivo fundacional. La fundación sin ánimo de lucro seguirá eligiendo a los miembros del consejo de administración de la nueva corporación. La demanda de Elon Musk sigue en pie, y Microsoft y SoftBank observan con atención los cambios en la empresa.