
La inteligencia artificial podría afectar a un 40% del empleo global, según el Fondo Monetario Internacional, y acentuar la desigualdad entre países. La ONU y el World Economic Forum también advierten sobre el impacto negativo en el mercado laboral. Para evitar esto, se recomienda fortalecer la educación y la formación continua, fomentar la transparencia y la gobernanza de los algoritmos, incentivar la inversión en infraestructuras de datos y en acceso a Internet de alta velocidad, e impulsar la colaboración internacional. La implementación de estas recomendaciones requiere una voluntad política firme que priorice el bienestar colectivo por encima de la mera rentabilidad electoral.