En 2017, Catherine Garland se dio cuenta de que sus alumnos no sabían dónde habían guardado sus proyectos. El concepto de carpetas de archivos y directorios era un galimatías para los estudiantes modernos. Los alumnos no sentían la necesidad de organizar nada, porque bastaba con que supieran el nombre del archivo para que Windows Search o Spotlight en macOS localizara el documento al que querían acceder. Esto se debía a que el acceso aleatorio funciona mejor para los bits en las unidades de disco, también resulta excelente para los átomos en los almacenes. La gran pregunta es por qué no abrazamos el gran desorden. El problema es que el conocimiento está arraigado en individuos que tienen un tiempo limitado para trabajar. La IA supone un disparo a la línea de flotación de buena parte del trabajo intelectual actual. Los sistemas de IA pueden navegar por la Web, analizar múltiples fuentes, sintetizar información y producir informes detallados sobre un asunto. Esto es la 'googlificación de la sociedad'.