
Tiago Forte, experto en productividad, ha creado una herramienta llamada Death Clock que estima la fecha de muerte de una persona en función de 17 variables relacionadas con sus hábitos, como el sueño, la alimentación y la actividad física. La herramienta utiliza inteligencia artificial y no busca exactitud científica, sino invitar a la reflexión sobre la mortalidad y el uso del tiempo. Al modificar los hábitos, se puede ver cómo se alargan los días proyectados, lo que puede cambiar la forma de vivir y priorizar las actividades.