
En 2005, Sony instaló un malware en sus CD de música para evitar la copia de música en formato MP3. El malware, llamado Extended Copy Protection (XCP), se integraba en los CD y obligaba a los usuarios a aceptar un contrato de licencia que limitaba la reproducción y la copia de la música. El malware también instalaba programas y drivers ocultos, incluyendo un rootkit que degradaba el rendimiento del sistema. Después de que el ingeniero Mark Russinovich expuso el problema, Sony lanzó una herramienta de desinstalación que resultó ser ineficaz. Finalmente, Sony fue obligada a pagar 750.000 dólares en tasas y a reembolsar a los usuarios afectados después de que el estado de Texas ganara una demanda contra la empresa.