
La memoria gráfica es crucial para juegos, y su consumo varía según el juego. Para reducir el consumo de memoria gráfica, se pueden ajustar la resolución, las texturas, el trazado de rayos, el suavizado de líneas y la oclusión ambiental. Por ejemplo, bajar la resolución de 1080p a 720p en Resident Evil 2 Remake reduce el consumo de memoria gráfica en 250 MB, mientras que en DOOM The Dark Ages, bajar de 1440p a 1080p puede reducir el consumo de memoria gráfica casi en 1 GB. Además, desactivar el trazado de rayos o reducir su calidad puede marcar una gran diferencia, y utilizar tecnologías de reescalado como DLSS puede reducir el consumo de memoria VRAM.