
Bill Gates y Steve Jobs fueron rivales en la industria tecnológica, pero Gates admite que envidiaba el gusto de Jobs por el diseño y la interfaz de usuario. Jobs no tenía conocimientos de programación, pero su sensibilidad estética y carisma lo convirtieron en un líder inspirador. Gates reconoce que no ha vuelto a conocer a nadie como Jobs y que se arrepiente de haber vendido las acciones de Apple obtenidas en un acuerdo en el que Microsoft ayudó a Apple con una inversión clave. La relación entre ambos fue intensa y marcada por diferencias, pero también hubo momentos de crítica y sarcasmo.