Los discos duros baratos o de segunda mano pueden ser una estafa. Los estafadores utilizan métodos cada vez más trabajados para lograr sus objetivos. Un usuario relata que compró un disco duro mecánico externo de 1TB, pero al abrirlo se encontró con un pequeño chip de memoria flash conectado a una interfaz USB. El chip estaba alterado para simular que albergaba 1TB. Además, el estafador había añadido una pieza metálica pegada con materiales aislantes para aumentar su peso. El usuario nunca se dio cuenta de la ausencia de sonidos característicos de un disco duro mecánico externo. Esto llama la atención porque el dispositivo estaba operando con un rendimiento similar al de una tarjeta SD de baja gama.