
La Policía Nacional recibió un trato considerado degradante durante la final de la Copa del Rey, con comida de baja calidad, como un bocadillo rancio con tres lonchas de salchichón, agua y una manzana, y alojamientos a más de 100 kilómetros de distancia, lo que obligó a algunos agentes a pagar de su bolsillo. El ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, ha sido criticado por este trato, mientras que el máximo mando policial asistió al evento en el palco.