
México está experimentando un cambio radical en su sistema judicial, donde los jueces son elegidos por voto popular, lo que puede llevar a la institucionalización de los tribunales populares y la corrupción de la democracia. Esto se debe a la influencia de las ideas del teórico populista Ernesto Laclau, que enfatiza la construcción de un 'pueblo' unificado frente a una élite supuestamente corrupta. La elección de jueces por voto popular puede erosionar la independencia judicial y someter al poder judicial a la lógica electoral, lo que puede abrir la puerta a la manipulación y al clientelismo. Esto es similar a lo que ocurre en Venezuela bajo el gobierno de Nicolás Maduro, donde la demagogia y las pasiones colectivas reemplazan la razón y el respeto por las instituciones. En México, los dirigentes políticos López Obrador y Claudia Sheinbaum están detrás de esta reforma, que puede consolidar un sistema donde la voluntad popular manipulada por liderazgos carismáticos y una casta extractiva prevalece sobre el estado de derecho.