
China ha impuesto restricciones a la exportación de minerales críticos, incluyendo imanes de tierras raras, que son esenciales para el funcionamiento de tecnologías bélicas estadounidenses, como los F-35 y misiles balísticos. El 90% de estos componentes se produce en China, y solo un F-35 contiene alrededor de 400 kg de materiales de tierras raras. La industria de defensa estadounidense ha acumulado reservas estratégicas, pero solo alcanzan para cubrir unos pocos meses de producción y mantenimiento. La medida china representa un reto geoestratégico para la supremacía tecnológica de EEUU en el ámbito militar.