
La operación rusa en Kursk resultó en un fracaso, con soldados rusos muriendo por asfixia y neumonitis química después de infiltrarse en el gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod. Las tropas rusas avanzaron 16 kilómetros a través del oleoducto, pero fueron detectadas y eliminadas por las fuerzas ucranianas. Los médicos han reportado que los supervivientes padecen neumonitis química, con un 90% de obstrucción pulmonar en algunos casos. La operación se inició el 10 de septiembre y Ucrania ha perdido más de la mitad de lo conquistado. El Kremlin no ha comentado sobre el incidente.