
Cristina Álvarez, asesora de Begoña Gómez, utilizó su correo electrónico privado para captar fondos para la esposa del presidente, mientras cobraba 3.600 euros brutos mensuales de Moncloa. Álvarez fue fichada sin entrevista y se le dio un nivel A1, el más alto, con un plus de plena dedicación. La ley impide a los funcionarios realizar actividades privadas que puedan comprometer su imparcialidad o independencia. Álvarez organizó eventos y envió correos electrónicos para actividades privadas de Begoña Gómez desde su correo particular, lo que ha generado acusaciones de presunta malversación y incumplimiento de incompatibilidades.