
La OTAN se prepara para un posible ataque ruso en los próximos cinco años, con un plan para elevar el gasto en defensa al 5% del PIB y multiplicar por cuatro la capacidad antimisiles en Europa. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advierte que Rusia está acelerando su producción de armamento, con 1.500 tanques y 200 misiles Iskander solo este año. La próxima cumbre de La Haya será decisiva para formalizar este nuevo plan de rearme, que según Rutte, transformará la OTAN. Estados Unidos respalda esta línea dura y presiona a sus aliados para que aumenten su compromiso, mientras que Rusia califica la iniciativa como una provocación y advierte que podría levantar su moratoria sobre misiles de corto y medio alcance.