
En 1909, Adolf Hitler, un joven austríaco de 20 años, vivía en la pobreza en Viena, durmiendo en portales y comedores sociales. Tras la Primera Guerra Mundial, se alistó en el ejército alemán y se convirtió en un héroe por sus acciones. Sin embargo, la derrota de Alemania y el Tratado de Versalles lo llenaron de rabia y odio hacia los judíos, comunistas y socialdemócratas. En 1919, el capitán Karl Mayr lo envió a una reunión del Partido Obrero Alemán (DAP), donde conoció a Anton Drexler, quien lo convenció de unirse al partido. Hitler rápidamente se convirtió en un líder carismático y en 1921 asumió el cargo de presidente del partido, que más tarde se convirtió en el Partido Nazi. En 1923, el partido tenía 55.000 afiliados y las SA tenían 20.000 miembros. Hitler planeó un golpe de Estado para tomar el control del gobierno regional de Baviera y luego de toda Alemania.