
Elon Musk, figura influyente en el mundo tecnológico, abandonó su participación en el gobierno de Estados Unidos después de liderar el programa DOGE (Department of Government Efficiency) durante unos meses. El objetivo de DOGE era reducir el gasto público, eliminar burocracia y mejorar la eficiencia del gobierno. Musk, como empleado especial del gobierno, trabajó para recortar al menos 2 billones de dólares del presupuesto federal, aunque finalmente se redujo a 150 mil millones. Su estilo de trabajo rápido y directo no encajó bien con la lentitud institucional del gobierno, lo que llevó a errores graves, como despidos erróneos de personal esencial. La salida de Musk se debió a la presentación del nuevo presupuesto del presidente Trump, que incluía recortes de impuestos multimillonarios y un fuerte impacto en el déficit fiscal, lo que iba en contra de los objetivos de DOGE. Durante su tiempo en el gobierno, Tesla perdió un 13% en ventas y las acciones de la compañía se desplomaron un 45%. Musk prometió enfocarse nuevamente en sus empresas, especialmente Tesla, durante al menos cinco años.