
Antiguos dirigentes del PSOE, como ex ministros, ex diputados y ex senadores, se han estado reuniendo para expresar su descontento con el líder socialista, Pedro Sánchez, y su forma de gobernar. Estos críticos, que incluyen a algunos octogenarios, consideran que Sánchez está llevando al PSOE al abismo y que es necesario limpiar el partido de su influencia. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, es visto como el único que puede liderar un movimiento de recuperación de las señas de identidad del partido. Los cambios territoriales recientes en el PSOE, como la colocación de ministros cercanos a Sánchez en puestos clave, han convencido a estos críticos de que Sánchez pretende perpetuarse al frente del partido. García-Page es consciente de la expectativa que se ha depositado en él y se le urge a actuar para reconducir las dinámicas y alianzas actuales del PSOE.