
México se convirtió en el primer país del mundo en elegir jueces por voto popular, lo que según la presidenta Claudia Sheinbaum lo convierte en el país más democrático del mundo. Sin embargo, críticos como el expresidente Ernesto Zedillo argumentan que esta reforma judicial politiza la justicia y socava el Estado de derecho. La elección de 2.700 jueces entre 7.800 candidatos, con solo un 12-13% de participación, y la selección de dos tercios de los candidatos por la presidencia y el Congreso, controlados por Morena, han generado preocupación sobre la independencia del poder judicial. Zedillo afirma que la intención es 'arrasar con el poder judicial como entidad independiente y profesional, y ponerlo al servicio de quienes detentan y concentran el poder político'.