
El caso Koldo, relacionado con José Luis Ábalos, ha generado un problema de Estado para el Gobierno de Pedro Sánchez. La presión es diaria y asfixiante, con informes de la UCO que aumentan la temperatura política. El PSOE está dividido, con voces que piden una crisis de Gobierno urgente. Ábalos ha comenzado a señalar a otros, incluyendo al ministro Grande-Marlaska, lo que inquieta a muchos. La investigación revela una red que operaba con descaro en Transportes, y la Audiencia Nacional considera que Ábalos tuvo un papel clave. El Gobierno intenta resistir, pero su imagen se deteriora, incluso en Europa. Sánchez ha decidido atrincherarse, pero la situación empeora cada día.