
La extrema derecha está ganando terreno en Europa, lo que pone en peligro las democracias parlamentarias. En Alemania, el partido AfD ha pasado de la cuasi irrelevancia a ser la segunda fuerza parlamentaria con el 20,8% de los votos. En Portugal, la ultraderechista formación Chega quedó en segundo lugar con 60 escaños. En Rumanía, el Tribunal Constitucional anuló la primera vuelta de las elecciones presidenciales debido a la interferencia rusa. La democracia española nacida al amparo de la Constitución de 1978 es también 'militante', ya que el artículo 6 incluye la frase 'Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos'. El ascenso de la extrema derecha plantea un dilema: actuar contra los partidos no democráticos o permitir a la ciudadanía expresarse.