
Corea del Sur ha apagado los altavoces de propaganda que transmitían canciones de K-pop y noticias a través de la frontera con Corea del Norte, en un intento de reducir tensiones y restablecer canales de confianza y diálogo. El presidente surcoreano Lee Jae-myung ha pedido a los activistas que cesen en el lanzamiento de panfletos y ha argumentado que estas acciones no mejoran el acceso de los norcoreanos a información externa, sino que elevan el riesgo de represalias armadas. La medida se produce después de años de deterioro en la relación entre Seúl y Pyongyang, y se considera un gesto significativo en medio de un ciclo prolongado de confrontación sonora y simbólica. Corea del Norte ha respondido cesando sus propias transmisiones por altavoz, lo que sugiere una respuesta positiva, al menos momentánea.