
Werner Herzog filmó 'Fitzcarraldo' en la selva amazónica del Perú a principios de los años 80 con un equipo pequeño y un barco de vapor real. El actor Klaus Kinski, conocido por su carácter incontrolable, generó tensiones extremas en el set, humillando y maltratando a los extras nativos. Un jefe nativo de la tribu machiguenga ofreció matar a Kinski, pero Herzog declinó la oferta porque aún necesitaba al actor para terminar la película. La producción fue un infierno logístico, con un presupuesto disparado y retrasos en la filmación. A pesar de los desafíos, la película se terminó y Herzog la considera una de sus obras más personales, ganando el premio a Mejor Director en Cannes.